sábado, 21 de febrero de 2009

SUMERGIDO EN UN MAR DE ROSTROS

 

cryingg Cuando camino por las calles de la ciudad, a veces miro los rostros de muchas de las personas que se cruzan en mi camino y me pregunto:

¿Cómo será su vida? ¿Confiará en un Dios? ¿Tendrá problemas?

Eso me hace pensar en cuán agradecido estoy con ese maravilloso Dios que me salvó. Ese Dios que le dio nuevo sentido a mi vida. Y que la hizo diferente.

Sin embargo aun cuando camino por las calles, no dejo de pensar en los cientos de rostros que puedo ver.

Eso me responsabiliza. Porque mi vida tiene que ser una carta abierta que exponga claramente el Evangelio de Jesucristo.

La próxima vez que camines por las calles y cientos de rostros vengan a ti, piensa en cuánto entregó tu Salvador para hacerte parte de un pueblo redimido y para que tu dejaras de ser parte de un simple mar de rostros.

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